¿Cómo garantiza el agua de calidad la seguridad en empaquetados alimentarios?
El agua como base esencial para la seguridad y el empaque de alimentos
El agua es un recurso esencial en la producción de alimentos, ya que está presente en cada etapa, desde la preparación hasta el empaque final, sin embargo, si no se gestiona de manera correcta, puede transformarse en una fuente de contaminación.
La seguridad alimentaria es un aspecto vital en la industria, y el agua desempeña un rol clave en la prevención de enfermedades transmitidas por los alimentos; hoy en día, los empaques de alimentos no solo cumplen con la función de proteger, sino que también son una herramienta crucial para la presentación y comercialización. Empacar, embalar y preparar el producto para su transporte y venta es un proceso que requiere seleccionar materiales que aseguren un traslado seguro.
Los envases brindan protección ante:
- Factores ambientales adversos: como temperatura, humedad o exposición a la luz.
- Contaminación por bacterias, hongos o sustancias químicas.
Hoy en día, el mercado de exportación de alimentos ha tenido un crecimiento impresionante, y México no se queda atrás, se ha posicionado como un importante exportador de frutas, verduras y hortalizas. Los productos que se envían al extranjero son minuciosamente seleccionados para cumplir con los altos estándares internacionales, garantizando su calidad, frescura y conservando tanto su aspecto como su textura y sabor.
La mayoría de los empaques se localizan cerca de las huertas, invernaderos y sitios donde se cultivan y cosechan los productos; por ello, es esencial que estos empaques cumplan con todas las condiciones necesarias para asegurar que satisfacen los estándares de calidad requeridos tanto para la exportación como para el consumo en el mercado nacional; un aspecto clave dentro de las normas de calidad e inocuidad alimentaria es el uso de agua de alta calidad a lo largo de todo el proceso de empaque.
El agua es fundamental, especialmente desde el lavado de las frutas cuando llegan al empaque, dependiendo del tipo de producto, se realiza un lavado inicial o se utilizan tinas de lavado antes de que las frutas pasen al proceso de selección.
En las tinas de lavado se utilizan detergentes, cloro, dicloro y jabones especiales para limpiar y cicatrizar el pedúnculo de la fruta; después de este proceso, la fruta pasa a la máquina seleccionadora. Sin embargo, ¿Qué ocurre con esa agua? Se desecha cada cierto tiempo, ya sea por el tiempo de uso o por la acumulación de sólidos. Generalmente, se vierte en cuerpos de agua federales como arroyos, canales o sistemas de riego, sin ningún tratamiento previo ni un análisis que evalúe la calidad del agua desechada, además, tampoco se conoce la calidad del agua utilizada para el lavado.
Además, los empaques modernos están evolucionando, pasando de ser simples barreras a convertirse en medios interactivos que aportan información útil tanto para los consumidores como para los proveedores. Estos envases activos no solo protegen, sino que también ofrecen datos sobre la calidad y el historial del producto, y añaden un valor extra a la seguridad y funcionalidad del empaque.
¿Qué implicaciones tienen las normativas de calidad de agua en la industria?
Los empaquetados alimentarios no deberían contener aguas residuales, ya que esto representaría un riesgo para la salud, sin embargo, en algunos casos, el proceso de producción puede involucrar el uso de agua contaminada, lo que podría resultar en la contaminación de los productos.
Es crucial que las industrias utilicen agua de calidad, asegurando que todos los componentes de los empaques cumplan con las normativas de seguridad y sanidad. La calidad del agua es fundamental para garantizar la integridad de los alimentos y prevenir la contaminación, bajo la NOM-127-SSA1-2021, las industrias alimentarias deben aplicar al envase de empaquetados para proteger la calidad del agua porque este estándar garantiza que los materiales utilizados sean seguros y no contaminen los alimentos. Al implementar esta normativa, se minimiza el riesgo de filtraciones o reacciones químicas que podrían afectar tanto la calidad del agua como la de los productos envasados. Además, seguir este protocolo ayuda a cumplir con las regulaciones de sanidad y a mantener la confianza de los consumidores en la seguridad de los alimentos que consumen.
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En ANASA podemos ayudarte a evaluar la calidad del agua utilizada en el lavado de bins y frutas, según sea necesario, te apoyamos en conocer la calidad del agua que se dispone, asegurándonos de que cumpla con las normativas para su descarga en cuerpos de agua federales.
Así evitas recibir multas y sanciones por parte de las autoridades, y lo más importante, contribuyas a la disposición responsable de agua de calidad para prevenir impactos ambientales. Así, ayudamos a preservar un entorno sano y seguro.
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